Tras la Guerra civil española, en 1940, recaló en el banquillo del Athletic el vizcaíno Juan Urkizu, camiseta del real madrid quien tenía la difícil tarea de reconstruir un equipo que años atrás se disolvió a causa de la guerra. Al igual que Pentland, Urkizu removió los campos de Vizcaya en busca de jóvenes talentos para el nuevo Athletic. El mayor éxito de esta época se logra en la temporada 1962/63, cuando se alcanza por tercera vez en la historia la tercera posición del torneo, mérito enorme por cuánto ya en esos años los presupuestos diferenciaban a los equipos grandes de los modestos, siendo el Real Oviedo de estos últimos, más considerando que estuvo 11 de las 30 jornadas, en el puesto de subcampeón.